miércoles, 26 de septiembre de 2007

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

Hoy fui a la panadería y me envolvieron la baguette entre dos empleadas. Mientras una sostenía la baguette con una pinza, la otra le calzaba la bolsa de papel. Una vez calzada la bolsa, la que antes sostenía la pinza, se ocupó de doblar la punta sobrante de la bolsa que después la otra empleada pegó con cinta skotch.

En el supermercado “Saturn” de Sendai y en el “Takashimaya” de Osaka, envuelven cada frasco de vidrio en nylon con burbujitas. Mermelada, aceitunas, aceto, aceite, salsa de soja. Para cada tamaño de frasco, un tamaño de nylon. Los distintos tamaños de nylon se sacan de unas latas, que son rellenadas permanentemente por una empleada que se dedica a cortar con una tijerita cachos de nylon de todos los tamaños.

En todos los supermercados envuelven los siempre libres, carefrees y tampones en bolsas de papel madera, que meten luego adentro de otra bolsa. No sea cosa que de afuera se sospeche el contenido.

Las botellas de vino son forradas con esa especie de papel de telgopor que no sé cómo se llama.
Las peras, los mangos y los pomelos vienen recubiertos de un enrejado del mismo telgopor que el de los vinos.
Y todos, absolutamente todos los productos de heladera, se acompañan con una bolsita de hielo que los vendedores le adosan cuando los envuelven.

Y hay más.

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