Como en todos los hoteles del mundo, en los de Japón está prohibido cocinar en las habitaciones. Nosotros, que somos unos piolas bárbaros, desde que empezamos la gira, tenemos un wok eléctrico (que acá en Japón por cuestiones de voltaje, tuvimos que cambiar por una olla eléctrica), que usamos para cocinar absolutamente cualquier cosa, en absolutamente cualquier hotel en el que vivimos. Hasta ahora no habíamos tenido ningún inconveniente aunque mi paranoia de Normita (cumplidora de normas), nunca me dejó cocinar con la conciencia limpia.
La semana pasada estábamos cocinando unos bifecitos de cerdo, cuando sonó el teléfono de la habitación. Atendí y escuché del otro lado la voz de la señorita de la recepción diciéndome que el detector de humo de nuestra habitación estaba sonando. Horror. Conteniendo un panic attack, le dije a la señorita que en la habitación no había ningún humo, mientras empezaba una desesperada seguidilla de gestos dirigidos a Cachi, que consistían en señalar la olla sacudiendo la mano… gesto que Cachi, usando toda su imaginación, podría interpretar, a lo sumo, como un “Hola olla”. Mientras tanto la señorita del otro lado del teléfono me anunciaba que iban a tener que subir a chequear la habitación…Yo le repetía maníacamente, intentando hacer tiempo mientras seguía con las señas, que no había ningún humo en los alrededores...Obviamente en vez de ese carnaval de gestos incomprensibles, hubiera sido mucho más efectivo decirle a Cachi en castellano lo que estaba pasando… Finalmente, la señorita me dijo que aunque no hubiera ningún humo, subirían a cerciorarse ellos mismos. Corté el teléfono al grito de ¡suben! ¡suben! y nos pusimos a esconder todo a toda máquina.
De la recepción a nuestro cuarto se tarda en llegar aproximadamente dos minutos, tiempo durante el cual: Cachi metió la olla con los bifecitos adentro del baño, yo tiré al piso todos los elementos de cocina y los tapé con un pareo, prendí un sahumerio, abrimos las ventanas, pusimos el aire acondicionado a mil, yo puse la tostadora eléctrica arriba de la mesa porque consideré el delito de tostar pan, mucho menos grave que el de cocinar bifes de cerdo, Cachi no estuvo de acuerdo y la volvimos a esconder, tiramos desodorante de ambiente, Cachi se prendió un pucho, yo me senté en el sillón con cara de good guest y…sonó el timbre.
Cachi abrió la puerta y se quedó parado, cuan grandote es, delante de la entrada, fumando como un condenado…como un condenado a fumar mucho. El señor de seguridad, que venía acompañado de la señorita de recepción, asomó la cabeza y miró hacia adentro de la habitación. Hizo el ademán de entrar, pero, como Cachi no se movió de la puerta y acá son taaaaaaan respetuosos, desistió de la operación. Después miró el pucho que Cachi fumaba frenéticamente. Le dijo algo en japonés a la señorita de recepción. La señorita de recepción le preguntó en inglés a Cachi si estaba fumando (¿?)... Cachi dijo que sí. La señorita de recepción le dijo “hai” al señor de seguridad. El señor de seguridad le dijo algo en japonés a la señorita de recepción y la señorita de recepción le dijo en inglés a Cachi, que debió ser eso lo que activó la alarma…Señorita y señor pidieron disculpas sumisamente, hicieron sus consabidas reverencias y se retiraron avergonzados hacia sus respectivas cuevas. Cachi cerró la puerta y entró a la habitación, haciendo un movimiento con brazos y pelvis, que expresaba sin lugar a confusión, su procaz significado… por algo el que trabaja en el circo es él.
Terminamos de cocinar los bifecitos y nos los mandamos acompañados por un Terrazas Malbec (“Marubec” en ponja) para celebrar el triunfo.
¡Golaaaaaaaaaaaaaaazo!
JAPÓN: 3 ARGENTINA: 2
sábado, 1 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Hola, Tama, soy Laura Tyles, espero te acuerdes !!, resulta que el otro dia, navegando, no se como vi tu nombre por ahi, y me senti super emocionada. Algunas cosas de tu vida me entere a traves de Mariana que un dia me la encontre por el barrio. Pero hoy, domingo a la nochecita me agarro la añoranza y te encontre en google. Te cuento, por mi lado, estoy muy bien, en pareja, y con un principito de 2 años, trabajando, y siempre buscando cosas que me hagan feliz
Tama, me entere que te casaste, mil felicitaciones, te deseo lo mejor de la vida, un beso enorme. Laura.
Laura que emoción!!!! ¿Me ponés tu dirección de mail? Yo la copio y la borro enseguida del blog. Así nos contamos un poco más. Que emoción, que emoción, que emoción!!! te mando un beso enorme!
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